Por Karen Delgado
Las calles se visten de verde después de casi dos años desde que activistas y organizaciones consolidadas en los colectivos Causa Justa y Mesa por la Vida interpusieran la demanda de la eliminación del delito de aborto en el código penal, con más de 90 argumentos a favor de la despenalización y múltiples protestas respaldadas por cientos de mujeres. El día 21 de febrero del 2022 la Corte Constitucional fallo con cinco votos a favor y cuatro en contra por la despenalización del aborto hasta la semana 24. Extenso y complejo fue el debate, hasta que por fin la corte hizo lo mínimo para fallar por y para las mujeres.
Una decisión como la que se tomó en la corte es gratificante en la medida en que no condena a las mujeres a morir en la clandestinidad, ni a los colectivos por prestar el apoyo y las garantías que el Estado no brinda, y reivindica el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos bajo el principio de autonomía. Sin duda el fallo histórico es un avance tanto local como para Latinoamérica en términos de autonomía, libertad y maternidades deseadas, pues es el primer país que cobija este número de semanas. Muchos sectores pusieron en duda la extensión del fallo, sin entender la diferencia de los cuerpos gestantes y de cómo pueden llevarse a cabo los embarazos.
Existen múltiples factores que impiden detectar un embarazo durante sus primeros meses. Por ejemplo: las personas gestantes con menstruaciones irregulares, ovarios poliquísticos y demás alteraciones a la menstruación; métodos de anticoncepción que han fallado pero que se asume que están en funcionamiento; la ausencia de síntomas de embarazo y otros padecimientos no permiten ser consciente del embarazo incluso una vez pasadas 14 semanas. Es por esto por lo que el fallo es tan importante en términos de temporalidad: las 24 semanas dan un mejor tiempo para que las personas gestantes puedan acceder a todas las herramientas de información, les permite a muchas acceder a servicios de salud que están centralizados y les garantiza un proceso que no ponga en riesgo su vida. Las 24 semanas brindan garantías al proceso de interrupción voluntaria del embarazo.
Por una Colombia feminista: fallo histórico despenaliza el aborto hasta la semana 24
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Sin embargo, la lucha sigue, pues el aborto debe salir por completo y no de manera parcial del código penal. Abortar no puede ser un delito y ninguna mujer debe ser condenada por su derecho a decidir y bajo ninguna circunstancia debe ejercer la responsabilidad de una maternidad no deseada. Esto nos introduce a otra serie de debates aún más extensos e igualmente relevantes respecto al sistema de salud, la disposición gubernamental y el avance progresivo de una ley que piensa en las mujeres.
La corte obliga de inmediato cumplimiento a que el gobierno nacional promueva una política pública integral que proteja los derechos de las mujeres gestantes, la divulgación clara de las opciones disponibles durante y después del embarazo, eliminar los obstáculos para acceder a derechos sexuales y reproductivos, la democratización de la educación sexual, el acompañamiento integral según la opción que se haya decidido y la garantía de derechos de los nacidos en circunstancias de gestantes que desearon abortar. La información real y concreta del proceso IVE es un derecho fundamental del que el Estado ahora debe hacerse cargo, tanto las garantías para el embarazo como para su interrupción voluntaria deben ser igual de efectivas.
Era complejo el dilema de qué hacer con un Estado que criminaliza a las mujeres que abortan, que las condena a la clandestinidad y que para suma no llega a todos los lugares del país, la despenalización del aborto debe ir de la mano con una plena cobertura y un presupuesto en política de salud pública, lo cual abre la discusión nuevamente. La materialidad del aborto como servicio de salud pública es una lucha que todavía debe darse y para esto se necesita seguir ejerciendo presión tanto a los altos tribunales como en los entes gubernamentales. Debe replantearse el sistema de salud para que sea accesible y más para un procedimiento que no da espera como la interrupción voluntaria del embarazo. No solo implica resolver problemas de cobertura y presupuesto sino también de acompañamiento. Solicitar un aborto desde la comodidad de la centralidad es lo que nos ha mantenido en la ignorancia y permite desconocer la realidad de la ruralidad y los territorios.
Si bien la despenalización finaliza con una carga opresora para las mujeres no es allí donde terminan los debates y las consignas de género. Este fallo debe servir como gasolina para encender motores de nuevas reivindicaciones. Queda mucho para garantizar el aborto como derecho, pero sigue siendo uno de los de los mejores avances en materia de género en el país. Mi entero apoyo, solidaridad y respaldo a todas aquellas que hicieron esto posible, a las consignas que se desatan de este nuevo panorama en materia de género y a su entrega por las causas justas. Gracias a este acto la capacidad de decidir sobre los cuerpos sale de la criminalidad, se le arrebataron vidas a la clandestinidad y se destaca el compromiso de las mujeres del país. La superación de las violencias machistas es un trabajo de todas. Cada día es mayor la fuerza con la que nos hacemos sentir pues la lucha sigue hasta que Colombia sea un lugar seguro para todas.
23 de febrero de 2022
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