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Segundo tiempo, segundo aire

Foto del escritor: Enfoque PúblicoEnfoque Público

Hace rato están de moda las segundas, terceras, cuartas… todas las temporadas que sean capaces de enumerarse. Los proyectos, digamos las series, necesitan de una segmentación en temporadas para tener tiempo sobre el tiempo. Las temporadas son tiempos, pero hasta esos tiempos necesitan tiempo para ser lo que son: obras maestras, en algunos casos.


Después de unos tiempos intensos de trabajo, que no pararon desde 2021 sino que se volvieron más como una vertiginosa subida a una montaña rusa, decidimos tomar un descanso. La puerta a ese descanso fue abierta por un cambio: salimos de la emisora en la que fielmente, todos los sábados, traíamos contenidos novedosos, análisis, entrevistas, críticas, risas… en fin, todo eso que nos hacía el programa constantemente más oído de ese día y de casi todas las semanas. Le dijimos adiós a esos micrófonos para saludar con cariño al futuro y sus suertes…


Nuestro trabajo, como bien lo saben, en ningún momento se redujo a esos micrófonos. Nuestras redes sociales contienen todas las cosas que hicimos: entrevistas a candidatos y políticos, analizamos proyectos de gobierno, cuestionamos las movidas del poder y a los poderosos, conversamos con artistas sobre las artes, conversamos sobre deportes, sobre educación, sobre cultura, planteamos debates públicos en escenarios públicos, abrimos discusiones… mejor dicho, tratamos sobre lo divino y lo humano sin distingo.


Los proyectos auténticamente críticos, como ustedes saben, son esos proyectos que nunca se acomodan al poder ni a sus maneras de consolidarse.

Hicimos todas esas cosas que hacen de este un proyecto comunicativo principalmente crítico. Y los proyectos auténticamente críticos, como ustedes saben, son esos proyectos que nunca se acomodan al poder ni a sus maneras de consolidarse; los proyectos críticos son aquellos que señalan la mosca que nadie ve en un mar de leche, los que se preguntan por qué el vaso está medio vacío cuando otros dicen que está medio lleno; son esos proyectos que proponen debates insanos, agresivos, destructivos, irreverentes y ofensivos contra todo aquello que, como una sanguijuela, se adhiere a los cuerpos de las comunidades y les exprime las posibilidades de unas mejores condiciones de vida, o sea, una vida en la que no tengan que estar sometidas a las migajas de quienes se autodenominan sus amos, ni dependientes a que sus pulgares se inclinen hacia arriba o hacia abajo cuando les dan sus peticiones.


Este es un proyecto independiente. No somos “objetivos” porque no somos objetos, aunque a algunos les gusta convertirse a sí mismos y a los demás en eso, y por eso pretenden que seamos “objetivos”, es decir, que estemos de acuerdo y alineados con sus intereses. Cosa que no va a pasar, para su desgracia. Lo que más nos gusta de la independencia es que no le debemos rendir cuentas a nadie, antes bien, estamos obligados, porque así nos place, a retribuir con nuestros conocimientos y las herramientas que formamos a esas comunidades en cuyo seno hemos nacido y crecido. Nuestra declaración política, que no escondemos, es esa: que “política” viene de “polis”, y polis es comunidad, y que a la comunidad nos debemos.


Esas herramientas que hacemos son suyas, tómenlas. Úsenlas para cuestionar y también para proponer alternativas, mejores proyectos, ideas ambiciosas, bien contenidas y rigurosas que sirvan únicamente para mejorar la vida de las comunidades. Úsenlas, amplíenlas, multiplíquenlas, háganlas mejores, no permitan que nadie se adueñe de ellas ni que hable por ustedes; no dejen que los representen para dejarlos y dejarlas por fuera; no admitan que otros hablen por ustedes con la excusa de que no tienen voz, porque sí la tienen, lo que pasa es que hace mucho rato que sufren de sordera crónica los que dicen escucharles. Si no los oyen, hablen con sus vecinos, y con los vecinos de sus vecinos, y oiganlos. Ahí está todo lo importante.


Nuestra declaración política, que no escondemos, es esa: que “política” viene de “polis”, y polis es comunidad, y que a la comunidad nos debemos.

Este es un proyecto comunicativo y crítico, por eso no nos corresponde dar propuestas. Sólo damos luces de posibles caminos, pero es a las comunidades a quienes les corresponde construirlos y hacerlos reales a su manera y a su gusto. La crítica está para destruir, para señalar las pérdidas que se esconden detrás de las aparentes ganancias, para destruir los cimientos huecos y podridos, para apagar las luces del espectáculo detrás del cual se esconden las sombras, los cascarones de ideas, los proyectos que enriquecen a unos pocos a costa de empobrecer a todos los demás, las palabras vaciadas de significado. La crítica no es constructiva porque dejaría de ser crítica. Son aguas aparte, que no les mientan.


Los censurados volvieron y no en forma de fichas. Este año es crucial para el futuro de Bogotá y sus municipios aledaños. Las elecciones de alcaldes, concejales y gobernadores que se realizarán en octubre decidirán lo que se viene en materia política y económica para los próximos años. Al respecto de esto sabemos que los grandes caciques del departamento se la están jugando toda y ya han empezado a mover el ajedrez para volver a retomar las plazas importantes de los municipios y la de la gobernación. Pero no solo ellos están moviendo sus fichas. Es sabido que, después del solio de Bolívar, la alcaldía de Bogotá es el puesto más importante del país por lo cual el gobierno nacional, en cabeza de Gustavo Petro, también debe jugar bien sus fichas para tener el control de esa plaza. Pero el gobierno no la tiene tan fácil: los gamonales de todo el país, incluyendo a Cundinamarca, ya están moviendo sus fichas para lograr frenar al gobierno en su afán por obtener la alcaldía de Bogotá y de las demás capitales. Todo con el fin de frenar las iniciativas de Petro y sus colaboradores a nivel nacional.


Dejando a un lado las elecciones, tema central para este año 2023, también a nivel local hay varios proyectos importantes para los habitantes de la sabana de occidente. Empezando por el tema de movilidad que está, una vez más, en un largo paréntesis sin saber qué va a suceder. Y es que desde la gobernación dieron un volantazo a finales del año pasado en el cual se anunció la llegada de Transmilenio y Sitp para los municipios aledaños a Bogotá. Un movimiento que parece no estar en concordancia con el proyecto de Regiotram que llevan ejecutando los gobiernos naranjas desde hace ya casi diez años. ¿Tal vez esto sea un pañito de agua para mejorar la infausta movilidad de la sabana de Bogotá, porque ellos saben que el Regiotram no llegará en esta década?


Y a propósito de problemas locales este año también se deben iniciar con los proyectos de vivienda del alcalde Berna en Funzal y del alcalde Gerometta en Mosquera que busca solucionar el déficit de habitabilidad de dos municipios que suman casi 200 mil habitantes. Según los cálculos del proyecto en total no se van a hacer más de 2000 espacios habitables entre estos dos proyectos. Es decir que solo cerca del uno por ciento de la población de estos dos municipios estaría beneficiada con la vivienda.


Este es un proyecto independiente. No somos “objetivos” porque no somos objetos, aunque a algunos les gusta convertirse a sí mismos y a los demás en eso, y por eso pretenden que seamos “objetivos”, es decir, que estemos de acuerdo y alineados con sus intereses.

Para culminar también este año está en la hoja de ruta otro gran proyecto con el que la administración de Bernal ha vendido a Funza como la ciudad líder, pero esta vez líder en educación. Y es que el alcalde de Funza cree que la educación superior es como inaugurar un jardín infantil y en su cabeza cree que Funza puede suplir la necesidad de educación superior bajo el argumento de que ya no toque ir a Bogotá, sino que sean las universidades las que se trasladen al municipio. Y con un proyecto, que se sostiene de la fe en Dios del alcalde Bernal, cree que puede hacer no una universidad sino toda una ciudad universitaria en un vetusto edificio del parque central.


En fin, este año que se viene está lleno de proyectos macondianos, de dar más largas a los proyectos que se vienen ejecutando desde hace más de diez años y de vender falsas soluciones a problemas reales que no hacen más que agrandarse día a día.


Estas herramientas que hacemos son suyas, tómenlas. Úsenlas para cuestionar y también para proponer alternativas, mejores proyectos, ideas ambiciosas, bien contenidas y rigurosas que sirvan únicamente para mejorar la vida de las comunidades.

Para esta nueva temporada en la que regresamos, para este segundo tiempo en la cancha, les pedimos otra vez su ayuda. Este proyecto colaborativo necesita también de su colaboración para llegar a más personas. Pueden dejar sus likes, compartir el contenido, dejar sus comentarios, decirles a sus amigos, amigas y conocidos que vean, que lean, que dejen sus interacciones para que el algoritmo nos sea favorable. Gracias a quienes nos han acompañado y lo seguirán haciendo, a quienes nos han hecho saber su afecto y colaboración. También a quienes, como buenos voyeristas, nos ven y oyen y leen en secreto para reportarles a su amos lo que hacemos. Gracias a ustedes nuestros contenidos se multiplican. Gracias a quienes se sienten aludidos cada vez que hacemos un cuestionamiento o crítica, o cada vez que decimos “la derecha, los acomodados, los camaleones”, aunque no nos refiramos a ustedes, porque gracias a sus delirios egocéntricos de persecución también tenemos más interacciones y más alcance. Nunca cambien.


¡Qué este nuevo año tenga mucha crítica, mucha rebeldía, mucha independencia y mucha construcción política de las comunidades!


Con cariño,

Censurados.


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